San Columbano por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Luz para el prójimo

¿Se trae la lámpara para meterla debajo del celemín o debajo de la cama? (Mc 4, 21)

Les decía: «¿Se trae la lámpara para meterla debajo del celemín o debajo de la cama?, ¿no es para ponerla en el candelero? No hay nada escondido, sino para que sea descubierto; no hay nada oculto, sino para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga». Les dijo también: «Atención a lo que estáis oyendo: la medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces. Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene». (Mc 4,21-25)


Tendemos a esconder el pecado precisamente porque somos conscientes, a menudo involuntariamente, de que está mal. Al contrario, quien pone en el centro del propio corazón la voluntad de Dios no solo no se esconde, sino que se convierte en luz para el prójimo. La alternativa de estos dos caminos depende siempre de nuestra libertad, con la que decidimos qué y a quién escuchar con atención. Esforcémonos constantemente en custodiar nuestros sentidos y, con ellos, nuestro corazón.