Lunes del Ángel por Ermes Dovico
LA MUERTE DE BERGOGLIO

Las últimas horas del Papa entre multitudes y encuentros. Los cardenales, convocados para mañana

Francisco ha fallecido el lunes de Pascua. Su última aparición pública la ha realizado el domingo de Pascua. Una convalecencia difícil entre visitas, encuentros y multitudes durante la Pascua. El cardenal decano Giovanni Battista Re ya ha convocado a los cardenales para la primera congregación que tendrá lugar mañana por la mañana en la Sala del Sínodo.

Ecclesia 21_04_2025 Italiano English

Francisco ha fallecido el lunes de Pascua. Su última aparición pública ha tenido lugar el domingo de Pascua, en el mismo lugar donde el mundo lo conoció el 13 de marzo de 2013. El Papa, visiblemente enfermo, impartió la bendición desde la Logia de San Pedro y deseó a los fieles una feliz Pascua. Su último acto de generosidad fue el baño de multitudes en la Via della Conciliazione, desde el jeep blanco, saludando a varios niños.

Tenía que haber respetado los dos meses de convalecencia tras su salida del hospital el 23 de marzo, pero el Pontífice argentino no ha escatimado esfuerzos y ha realizado varias visitas relámpago a la basílica de San Pedro, a Santa María la Mayor, el Jueves Santo a la cárcel Regina Coeli entre los reclusos y ha tenido varias audiencias con las autoridades.

La última se la concedió ayer por la mañana en Santa Marta al vicepresidente de los Estados Unidos de América, J. D. Vance, pero Francisco también tuvo ocasión de saludar al primer ministro de Croacia, Andrej Plenkovic. El día anterior se había especulado mucho porque había quien pensaba que el Papa no había recibido al número dos de la administración Trump y se alegraba por ello, dándole un matiz político al asunto. Todo quedó desmentido la mañana de Pascua con las imágenes del Pontífice, ayudado por don Juan Cruz Villalón y el asistente sanitario Massimiliano Strappetti, que regalaba huevos de chocolate a los hijos del vicepresidente estadounidense.

El rostro del Papa de 88 años parecía muy cansado, al igual que su voz, que se sentía muy débil en la plaza poco después. “Queridos hermanos y hermanas, feliz Pascua”: fueron las últimas palabras públicas de un Papa que ha hablado mucho en doce años de pontificado. El jueves, conversando con los periodistas al término de su improvisada visita a la cárcel romana, había desempolvado el irónico “todavía estoy vivo”, explicando que viviría la Pascua como pudiera. Sin embargo el padre Vittorio Trani, capellán, había señalado su sufrimiento. No era fácil contener a un paciente que se autodefinía “testarudo”, tal y como ha demostrado este mes fuera del Gemelli, tras el peligro de muerte en el Policlínico romano. Incluso desde los primeros minutos tras su salida del hospital, cuando, con las gafas de oxígeno, Francisco pidió que el coche se desviara de su recorrido y realizase una parada sorpresa en Santa Maria la Mayor en lugar de regresar inmediatamente a Santa Marta. En estas semanas había demostrado que no quería pasar sus últimos días encerrado en el apartamento en el que vive desde después de su elección.

Bergoglio ha fallecido a las 7.35 de la mañana y el cardenal camarlengo Kevin Joseph Farrell lo ha anunciado unas dos horas más tarde. El cardenal de origen irlandés apareció ante las cámaras en la capilla de Santa Marta, acompañado por el ahora destituido secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, y el sustituto para los asuntos generales, monseñor Edgar Peña Parra. Junto a ellos también estaba monseñor Diego Giovanni Ravelli, maestro de ceremonias pontificias, que ahora tendrá un papel crucial en la preparación del cónclave: “Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar la muerte de nuestro Santo Padre Francisco. A las 7:35 de esta mañana, el obispo de Roma, Francisco, ha vuelto a la casa del Padre. Toda su vida ha estado dedicada al servicio del Señor y de su Iglesia. Nos ha enseñado a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente hacia los más pobres y marginados. Con inmensa gratitud por su ejemplo de verdadero discípulo del Señor Jesús, encomendamos el alma del Papa Francisco al amor infinito y misericordioso de Dios Uno y Trino”.

La Iglesia entra en sede vacante, todos los jefes de los dicasterios quedan destituidos y solo permanecen en sus cargos el camarlengo, el vicario de Roma, el penitenciario y el vicario del Vaticano. Mientras tanto, el cardenal decano Giovanni Battista Re ya ha convocado a los cardenales para la primera congregación que tendrá lugar mañana por la mañana en la Sala del Sínodo.