San Ignacio de Antioquía por Ermes Dovico
FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

La verdad contra la hipocresía

Nada hay cubierto que no llegue a descubrirse (Lc 12,2)

En aquel tiempo, miles y miles de personas se agolpaban. Jesús empezó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos:
«Cuidado con la levadura de los fariseos, que es la hipocresía, pues nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, ni nada escondido que no llegue a saberse.

Por eso, lo que digáis en la oscuridad será oído a plena luz, y lo que digáis al oído en las recámaras se pregonará desde la azotea.

A vosotros os digo, amigos míos: no tengáis miedo a los que matan el cuerpo, y después de esto no pueden hacer más.

Os voy a enseñar a quién tenéis que temer: temed al que, después de la muerte, tiene poder para arrojar a la “gehenna”. A ese tenéis que temer, os lo digo yo.

¿No se venden cinco pájaros por dos céntimos? Pues ni de uno solo de ellos se olvida Dios.

Más aún, hasta los cabellos de vuestra cabeza están contados. No tengáis miedo: valéis más que muchos pájaros».

(San Lucas 12,1-7)

 

El hipócrita finge tener convicciones, virtudes, ideales o sentimientos que en realidad no le pertenecen; sin embargo, esta máscara es fácilmente desmentida por quienes, con humildad, siguen a Jesús y viven verdaderamente esas cualidades. Por eso, los falsos buenos sienten rencor hacia los auténticos discípulos de Cristo y llegan a perseguirlos. ¿Eres capaz de vivir tu fe con autenticidad, sin ponerte máscaras? ¿Cómo reaccionas cuando te hostigan por ser discípulo de Jesús?