El cambio total de la mentalidad humana
Porque ha mirado la humildad de su esclava. (Lc 1,48)
María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humildad de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia —como lo había prometido a nuestros padres— en favor de Abrahán y su descendencia por siempre». (Lc 1,46-55)
Ya en esta vida terrenal pero, sobre todo, cuando entremos en la vida eterna, nos daremos cuenta de cómo aquello que consideramos importante -el poder, la riqueza, el honor- es del todo secundario en la lógica de Dios. Este cambio total de la mentalidad humana está muy presente en el Magnificat pronunciado por María. En la oración, pidámosle ayuda para eliminar los vicios de nuestra vida o elevar las virtudes siguiendo el ejemplo de la Madre del Salvador.