Sábado Santo por Ermes Dovico
SIGNOS DE LOS TIEMPOS

Efecto “hijo pródigo”: se dispara el número de bautismos de adultos en Francia

Cada vez se bautizan menos niños, pero cada vez son más los franceses que se bautizan de adultos, en Semana Santa. A menudo proceden de familias cristianas que no les han transmitido la fe y la redescubren por sí mismos tras experimentar un vacío.

Ecclesia 17_04_2025 Italiano English

Europe1, CNews, Franceinfo, hasta Le Figaro y Le Monde: la prensa más importante no puede callar ante el boom de bautismos de hombres y mujeres que se van a celebrar en Francia esta próxima Vigilia Pascual. 10.384 adultos, a los que se suman más de 7.400 adolescentes, lo que hace un total de casi 18.000 catecúmenos que están a punto de recibir el bautismo. Una cifra impresionante que no puede ignorarse. Los resultados de la Enquête “Catéchuménat 2025” sur les Baptisés de Pâques muestran una aumento de la tendencia positiva del año pasado (+45%), que ya mostraba un mejora significativa con respecto a 2023, año del cambio.

La media de bautismos de adultos en los últimos diez años era de unos 4.000 al año. En 2015 se contabilizaron unos 3.900, mientras que diez años después se superaron los 10.000, con un incremento de más del 160%. Entre los adultos, este año el grupo de edad comprendido entre los 18 y los 25 años (42%) ha superado al de entre los 26 y los 40 (39%). Hay una clara prevalencia femenina, con el 63 % de los bautizados, al igual que su ámbito profesional de procedencia: el 27% proviene del mundo universitario, que en 2020 representaba apenas el 17% del total, mientras que el 36% ejerce la profesión de empleado, obrero o técnico, y el 13% la de profesor.

La mayoría de estos catecúmenos (52%) proviene de familias cristianas, es decir, de padres bautizados que, sin embargo, han optado por no transmitir la fe a sus hijos. Una parte importante, alrededor del 18%, afirma haber vivido sin religión. También es interesante el dato de las conversiones desde el islam, el 4%, lo que significa que unas 400 personas abandonarán la religión de Mahoma para abrazar el dulce yugo de Cristo, entrando a menudo en conflicto con sus familiares.

Entre las provincias eclesiásticas que registran un aumento de más del 50% de catecúmenos con respecto al año pasado, se encuentran Toulouse, Montpellier, Clermont, Lyon, Dijon, Tours, Besançon y Metz.

En cuanto a los adolescentes (11-17 años), las cifras son un poco más inciertas, ya que no todas las diócesis francesas han enviado los datos correspondientes. Sin embargo, es inequívoco el aumento con respecto al año pasado (+33%) de los adolescentes que recibirán el bautismo la noche o el día de Pascua, lo que confirma un crecimiento constante desde 2023. También entre los adolescentes es clara la prevalencia femenina (65%).

El dato extremadamente positivo de los catecúmenos no debe hacer olvidar, sin embargo, que en Francia, cada año, el número de niños que son bautizados está disminuyendo drásticamente. Según Le Monde, “en 1974, tres cuartas partes de los niños menores de 7 años estaban bautizados, la mitad en 1996 y no más de una cuarta parte en 2024”. VaticanNews recuerda que el número absoluto de bautizados en veinte años (de 2000 a 2020) se ha reducido drásticamente a la mitad. Sin embargo, el aumento que se registra desde hace unos tres años invita a la reflexión, además de a la esperanza.

Según algunos de los testimonios que han surgido, parece que el factor “hijo pródigo” ha sido determinante, no necesariamente por haberse alejado voluntariamente del hogar paterno, sino por haber experimentado esa “hambre” tremenda que retuerce las entrañas del alma. Un ejemplo es el testimonio de Anaë, de 20 años, de la diócesis de Nantes. Se encontró sumida en una profunda depresión a los 12 años, probablemente provocada por algunas adicciones de su madre. Luego se esforzó por llenar el vacío que la devoraba con noches de alcohol, drogas y relaciones fugaces. En enero de 2022, cuenta, “no podía levantarme de la cama, no tenía nada que hacer, pasaba los días dándole vueltas a las cosas. Entonces oí hablar de la Cuaresma. Sin entender por qué, en ese preciso momento, sentí como una fuerza en mi corazón que me empujaba a descubrir de qué se trataba. Quería saberlo todo. Más tarde comprendí que mi corazón realmente buscaba conocer a Dios. Dos meses después, el 2 de marzo de 2022, comencé mi primer periodo de Cuaresma. Desde ese día, no he abandonado al Señor”. Comenzó a asistir a misa sin comprender ni entender mucho, y luego conoció a la comunidad cristiana en Nantes: “Dios vino a buscarme cuando había tocado fondo, y yo ni siquiera tenía idea de quién era”. El buen samaritano nunca descansa, sino que recorre incansablemente el camino que va de Jerusalén, la ciudad de Dios, a Jericó, la ciudad “maldita” y la más baja del mundo (se encuentra a 258 metros por debajo del nivel del mar), para socorrer a los viajeros que caen en manos de los bandidos.

Lautalyne, 22 años, estudiante en Lyon: “Estaba pasando por un momento difícil de mi vida, tenía problemas de salud y llevaba dos o tres años esperando citas médicas. Un día, simplemente recé y, a la mañana siguiente, conseguí las citas médicas en menos una semana”. No es casualidad que la fe cristiana se base en la prueba histórica de que Dios muestra el poder de su brazo precisamente cuando humanamente ya no hay esperanza. Lo hizo al cruzar el Mar Rojo, un acontecimiento histórico (por mucho que digan algunos biblistas) paradigmático, en el que Yahvé interviene cuando el pueblo tenía delante el mar y detrás los carros del faraón; lo hizo en la resurrección de Cristo, cuando la piedra ya había cerrado el sepulcro.

No hay datos que permitan saber cuántos de estos catecúmenos provienen de “caminos” eclesiales particulares y cuántos han sido “pescados” directamente por el Señor, para cuántos de ellos ha sido decisiva una amistad o la participación, quizás casual, en la liturgia de la Iglesia. Sin embargo, el contexto universitario parece un terreno fértil. El padre Jean-Baptiste Siboulet, capellán universitario en Nantes, explica que casi todas las semanas recibe solicitudes de jóvenes estudiantes que quieren saber más sobre el catolicismo: “Los jóvenes quieren comprender, conocer y adquirir bases teológicas sólidas”.

Parece claro que es el encuentro con el Dios vivo, principio de luz y de vida, con su poderosa misericordia, lo que convierte los corazones, y no el cristianismo de los valores. Estos corazones buscan precisamente estabilidad porque ya tienen suficiente de modas entusiastas pero peregrinas. El buen samaritano ss quien carga con las almas abandonadas medio muertas en el camino y las lleva a la posada, donde pide a su Iglesia que cuide de ellas, prometiendo recompensar todos los gastos a su regreso.

Los números dicen mucho, pero ocultan mucho más: lo que nunca surgirá de las investigaciones, las encuestas y las estadísticas es esa parte invisible, pero sustancial y determinante, que acompaña a toda conversión. Detrás de cada errante que se acerca o se reacérquese a Dios, está la oración, el sacrificio, la ofrenda de muchas personas, cuyas súplicas solo conoce el Señor; una red oculta de intercesores que se extiende por todo el orbe terrestre y lo traspasa para unirse a las oraciones de los santos y los ángeles. Y la Francia católica, que desde hace siglos sufre la persecución de una de las peores formas de laicismo, y no pocas veces tiene que sufrir también a causa de sus pastores, no carece de estas almas. No hay mal que Dios no sepa convertir en bien.