Santo Tomás por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Durante el embarazo

La criatura saltó de alegría en mi vientre. (Lc 1,44)

En aquellos mismos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel de Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá». (Lc 1,39-45)

 
Durante el embarazo la madre y el hijo están unidos, incluso si ya son dos personas distintas. El hijo siente el mundo que le rodea a través de la madre y sus emociones. También el hijo se comunica con la madre de una manera misteriosa pero real. En el caso especial de la prima de la Virgen, Isabel, se da cuenta rápidamente de la alegría de Juan. Alegría provocada por la llegada de María, pero sobre todo de Jesús, que libera a Juan del pecado original. Recemos a aquel que, cuando crezca, bautizará a Jesús en el río Jordán para que nos ayude a ser cada día más conscientes de la llegada del Salvador en nuestra vida concreta de cada día.