RÉGIMEN OPRESIVO

Crece la persecución contra la Iglesia en Nicaragua

La imagen de mons. Álvarez Lagos de rodillas, rodeado de policías armados, dio la vuelta al mundo. El obispo de Matagalpa, hoy bajo arresto domiciliario con otros sacerdotes, está pagando su verbo crítico contra la dictadura de Ortega. El suyo no es un caso aislado: desde las protestas del 2018 la persecución se ha recrudecido. La Iglesia responde con la oración. 

Ecclesia 09_08_2022 Italiano

La persecución religiosa en manos del régimen tiránico de Nicaragua es más que evidente: en estos días dio la vuelta al mundo la imagen de Monseñor Rolando José Alvarez Lagos de rodillas con las manos levantadas, rodeado de policías armados.

Es el Obispo de la Diócesis de Matagalpa y Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí, conocido por su verbo crítico contra los abusos de poder del dictador Daniel Ortega. Hoy se encuentra bajo arresto domiciliario, luego que la policía le permitió entrar a la sede de la Curia el pasado jueves 4 de agosto, pero para no dejarlo salir más. “Nos encontramos aquí seis sacerdotes, seis laicos, que nos tienen encerrados en la Curia Episcopal. Aquí vamos a permanecer sin irrespetar a la policía, nunca la hemos irrespetado”, dijo el 5 de agosto, en un video publicado en la página oficial de la diócesis.

Pero no es un hecho aislado, es la intensificación del hostigamiento que sufre la Iglesia en Nicaragua desde las protestas del año 2018 contra el régimen sandinista y que hemos denunciado en la Brújula a través de numerosos artículos (leer aquí, aquí y aquí), mientras se mantiene un silencio “ensordecedor” de parte de la “Santa Sede”.

Es tan sólo el corolario de una situación que está degenerando a niveles peligrosos. Es oportuno recordar a Mons. Juan Abelardo Mata Guevara, Obispo Emérito de la Diócesis de Estelí, apartado del cargo el pasado 06 de julio del 2021 por Papa Francisco, luego de un proceso exprés que se activó apenas cumplió los 75 años. En el 2018, el prelado fue víctima de un atentado en Nindirí por parte de hombres de Ortega que ametrallaron el vehículo en donde se trasladaba. Además, el obispo auxiliar de la arquidiócesis de Managua, Mons. Silvio José Báez Ortega, y el sacerdote Edwin Heriberto Román Calderón, párroco de la iglesia de San Miguel Arcángel de la ciudad de Masaya, se encuentran en el exilio para salvaguardar sus vidas.

Ahora está en la mira Mons. Rolando José Álvarez Lagos. El 19 de mayo anunció un ayuno indefinido y tanta oración hasta que la Policía cese el hostigamiento y garantice su seguridad y la de su círculo familiar. También hizo un llamado a los feligreses a hacer vigilias en apoyo, con ayuno y adoración al Santísimo, “para que pueda cesar esta situación de hostigamiento durísima contra todos nosotros”.

Y, ¿a qué le tiene miedo el régimen Ortega-Murillo? “La oración es la que salvará a Nicaragua”, dijo el prelado pasado 18 de julio, cuando convocó al pueblo a una cruzada de Oración y Adoración. La página web de la Diócesis de Matagalpa, muestra una Iglesia activa y multitudinaria, con un pastor que no teme denunciar las injusticias que vive Nicaragua en sus sermones.

Basta dar una mirada a la página Facebook de la Diócesis de Matagalpa para ser testigos de la crónica de persecución e intimidación que se ha intensificado este mes de agosto. El 1 de agosto informó en un comunicado que el Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (TELCOR) cerró todas las emisoras de radio católicas de la diócesis (un total de cinco).

El 2 de agosto numerosos videos denunciaron y mostraron la angustia vivida en Sébaco, mientras los policías violentaron los portones de la capilla Niño Jesús de Praga, contiguo a la casa cural Divina Misericordia; también mostraron las imágenes de cómo la Policía Sandinista entró a la sede de la Radio Católica de Sébaco para llevarse sus equipos; de los momentos de tensión con disparos al aire cuando los feligreses tomaron las calles en defensa de las instalaciones; y de cómo los policías se llevaron detenidos a los jóvenes de los grupos católicos. “No permitan que el mal triunfe”, fue el clamor desesperado de la joven durante la transmisión en vivo.

El 3 de agosto, la Conferencia Episcopal de Nicaragua recordó en Facebook que el régimen también censuró al canal católico San José y TV Merced, de la Diócesis Matagalpa, y el Canal 51 propiedad del episcopado. Y así cada día, las redes sociales son testigos de los esfuerzos de comunicación de una Iglesia que clama al cielo. Y, a pesar de su cautiverio, Mons. Rolando José Álvarez Lagos se ha mantenido activo en las redes sociales, mientras continúa en oración y adoración, “por nuestros sacerdotes y por nuestra amada Nicaragua”.

El Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) también expresó su cercanía y solidaridad con todo el Pueblo de Dios de Nicaragua, frente al duro hostigamiento de las autoridades gubernamentales. “Los últimos acontecimientos, como el asedio a sacerdotes y obispos, la expulsión de miembros de comunidades religiosas, la profanación de templos y el cierre de radios, nos duelen profundamente. Les manifestamos nuestra solidaridad y cercanía”, se lee en el comunicado del 5 de agosto, firmado por Mons. Miguel Cabrejos Vidarte y Mons. Jorge Eduardo Lozano, presidente y secretario general respectivamente.

Por eso “acompañamos a nuestros hermanos que por distintos caminos buscan ser voz de los que no tienen voz, para construir un diálogo capaz de trazar un camino de unidad y de paz”. “Queremos recordar la Palabra de Dios que en medio de las dificultades nos dice: ‘no te asustes y desmayes, que contigo está el Señor, tu Dios, donde quieras que vayas’(Jos. 1, 9)”, acotaron.

Mientras, la Policía Nacional intensifica aún más la persecución. La oración cotidiana de Mons. Rolando José Álvarez Lagos a través de las redes sociales, para el régimen, son “intentos” de “organizar grupos violentos, incitándolos a ejecutar actos de odio en contra de la población, provocando un ambiente de zozobra y desorden, alterando la paz y la armonía de la comunidad, con el propósito de desestabilizar al estado de Nicaragua y atacar las autoridades constitucionales”, se lee en el comunicado de la Policía Nacional en el que el 5 de agosto informan que han abierto una investigación contra altas autoridades de la Iglesia Católica del país.

Pues si un miembro sufre todos sufrimos con él” (1 Corintios 2:26), es la respuesta de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, a través de un comunicado en donde manifiestan su cercanía y solidaridad a Monseñor Rolando Álvarez.