Santo Tomás por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Corderos en medio de lobos

Pero ¡cuidado con la gente!, porque os entregarán a los tribunales. (Mt 10,17)

En ese tiempo Jesús dijo a los discípulos: «Pero ¡cuidado con la gente!, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa, para dar testimonio ante ellos y ante los gentiles. Cuando os entreguen, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en aquel momento se os sugerirá lo que tenéis que decir, porque no seréis vosotros los que habléis, sino que el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros. El hermano entregará al hermano a la muerte, el padre al hijo; se rebelarán los hijos contra sus padres y los matarán. Y seréis odiados por todos a causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el final, se salvará». (Mt 10,17-22)


El entusiasmo de los nuevos conversos, como eran los primeros discípulos de Jesús, no debe hacerles olvidar que el Señor los envía al mundo como corderos en medio de lobos. El mundo necesita ver en los cristianos personas con autoridad que testimonian la palabra de Dios con la coherencia de la propia vida. La muerte también forma parte de la vida y, con ella, el cristiano es llamado a veces a testimoniar la Verdad de la Palabra de Dios. Exactamente como hizo san Esteban, primer mártir de muchos otros que vinieron detrás de él. Por ejemplo, santa Juana de Arco, que antes de ser quemada viva, respondiendo a la pregunta capciosa que los jueces corruptos le hicieron, dijo: «Si no estoy en gracia de Dios, que me ponga ahí. Y si lo estoy, que me mantenga».