San Columbano por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Simple y pura fe

Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos. (Mc 9, 36)

Se fueron de allí y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará». Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?». Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos». Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado». (Mc 9, 30-37)


El niño, con su fe simple y pura, es el ejemplo que Jesús pone a cada hombre que decide seguirlo. El niño, especialmente en los primeros años, en los que medita en el silencio, pesando y sopesando, entiende cuáles son las personas que lo aman de verdad y confía en ellas. Señor, danos la gracia de confiar en Ti como un niño.