El Sínodo quiere la ideología de género en los colegios católicos de Hamburgo
Educación sexual basada en la diversidad y la “identidad de género”: la promueve la archidiócesis del ultrasinodal (y controvertido) monseñor Stefan Heße, al igual que la mayor parte de las diócesis alemanas, en línea con la Conferencia Episcopal, que se engaña pensando que puede prevenir los abusos con la Sexuelle Bildung. Pero cuatro profesores no están de acuerdo: no se protege a los menores fomentando la sexualización precoz.
Alemania sigue siendo un laboratorio ideológico para la Iglesia, y por desgracia, un terreno tan delicado como la lucha contra los abusos no es una excepción. Aquí vuelve a aparecer la archidiócesis de Hamburgo, dirigida por monseñor Stefan Heße, uno de los más fervientes defensores del Camino Sinodal. En este territorio la ideología de género ha entrado oficialmente en los colegios católicos a través de un programa de educación sexual promovido precisamente por la archidiócesis y destinado a apoyar la “diversidad en cuanto a la orientación sexual y la identidad de género”. En la presentación del programa se ha hablado abiertamente de que “se promueve activamente el reconocimiento de las diferentes identidades y orientaciones sexuales”.
Todo ello en línea con la orientación de la Conferencia Episcopal, cuya comisión de educación emitió hace unos días un documento en el que se reconoce claramente la “diversidad de género”. La delicada situación del arzobispo de Hamburgo no ha sido suficiente para desaconsejar la adopción de un enfoque tan radical sobre el tema: la nunciatura apostólica en Alemania, de hecho, calificó a Heße como responsable de “errores en la organización y los métodos de trabajo” y de “errores procedimentales personales” durante los años en que fue vicario general de la archidiócesis de Colonia.
Todo esto ha salido a la luz tras la publicación de la investigación sobre los casos de abusos relacionados con la archidiócesis de Colonia, por la que aún hoy el mundo progresista mantiene en el punto de mira al cardenal Rainer Maria Woelki, principal adversario del Camino Sinodal alemán. Sin embargo, este último ha sido absuelto de todos los cargos, mientras que la gestión de Heße ha sido acusada de “falta de atención y sensibilidad hacia las personas afectadas por los abusos”. Por este motivo, el actual arzobispo de Hamburgo presentó su dimisión en 2021, pero Francisco la aceptó primero y luego la rechazó. Un trato más benévolo que el reservado al inocente Woelki, al que, tras una visita apostólica, se le impuso un periodo de pausa seguido del congelamiento de su dimisión.
Dejar la educación sexual en manos de los colegios católicos no es exclusiva de la archidiócesis de Hamburgo, sino que es ya la norma mayoritaria en las diócesis alemanas, incluso en la delicada gestión del dossier de protección de menores. La famosa Conferencia Episcopal Alemana ha dado su bendición a un documento redactado en 2021 y revisado en 2024, con el que los responsables diocesanos de protección han establecido el nuevo modelo de protección de menores en la Iglesia. Se llama “Documento programático sobre la configuración de la interfaz entre la prevención de la violencia sexual y la educación sexual” e introduce varias cuestiones críticas en un tema en el que la Iglesia, especialmente en Alemania, se juega gran parte de su credibilidad.
El problema es que estas directrices se basan en el modelo denominado Sexuelle Bildung y, entre las referencias de la literatura científica, se encuentra el manual de pedagogía y educación sexual de Uwe Sielert. Este último fue alumno de Helmut Kentler, considerado durante mucho tiempo el mayor experto alemán en educación sexual infantil y del que, doce años después de su muerte, se descubrieron experimentos respaldados por la administración de Berlín Occidental que consistían en enviar a menores huérfanos a parejas de pedófilos. Parece increíble, pero la Conferencia Federal de Responsables de Prevención de las Diócesis Alemanas realmente cree que puede prevenir los abusos apostando por un modelo centrado en la sexualización precoz del niño.
Contra esta deriva se han alzado las voces de cuatro profesores —Johannes Brantl, Markus Hoffmann, Andrzej Kucinski y Katharina Westerhorstmann— que han puesto en marcha un proyecto alternativo. Se llama “Prevención y protección de menores” y es una iniciativa destinada a proponer una guía científica sobre el tema que demuestra que “no son los conocimientos de educación sexual los que protegen, sino comportamientos concretos como decir no, pedir ayuda y denunciar de forma fiable aquellos episodios que violan la intimidad del niño”. Los cuatro profesores pretenden desarrollar un debate profesional y señalan que “se ha demostrado la eficacia de una prevención orientada al comportamiento del sujeto y se pone de relieve la diferencia con respecto a una educación filossexual, que se basa en la sexualización de los niños (Sexuelle Bildung)”.
Parece increíble, pero los cuatro promotores se ven obligados a recordar a los responsables diocesanos que “los objetivos de la prevención no deben confundirse con los de la educación sexual”. Gracias al trabajo de Brantl, Hoffmann, Kucinski y Westerhorstmann, ahora se dispone de directrices científicas que pueden ayudar a desarrollar conceptualmente el trabajo de prevención en las parroquias, guarderías y escuelas primarias. En lugar de confiar en el discípulo de Kentler, los cuatro estudiosos proponen a la Iglesia alemana una cultura de la prevención que rechaza el concepto de educación filosexual (Sexuelle Bildung), ya que parte de la “suposición de que el niño es un ser sexualmente desarrollado, capaz de tomar decisiones autónomas en materia de sexualidad”, mientras que “esta suposición contradice los conocimientos de la sexología y la psicología”. Es digno de elogio el enfoque constructivo elegido por los cuatro profesores, incluso ante una dirección tan insensata como la tomada por la Conferencia Episcopal Alemana con el “Documento programático sobre la configuración de la interfaz entre la prevención de la violencia sexual y la educación sexual”.
