San Marcos por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

¿Qué responderemos?

Has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños. (Lc 10,21)

En aquella hora, se llenó de alegría en el Espíritu Santo y dijo: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar». Y, volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: «¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron».  (Lc 10,21-24)


La pequeñez a la que alude Jesús es la pobreza de espíritu del humilde, consciente de que todas las riquezas, materiales, intelectuales y espirituales, son, en realidad, dones recibidos por Dios y que no se llevará consigo más allá de la muerte. Jesús, un día, nos preguntará cómo hemos “invertido” los dones y las fortunas que nos ha dado… ¿Qué le responderemos?