Santa Inés de Montepulciano por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

No solo hijo de David

Una muchedumbre numerosa le escuchaba a gusto. (Mc 12, 37)

Mientras enseñaba en el templo, Jesús preguntó: «¿Cómo dicen los escribas que el Mesías es hijo de David? El mismo David, movido por el Espíritu Santo, dice: “Dijo el Señor a mi Señor: siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies”. Si el mismo David lo llama Señor, ¿cómo puede ser hijo suyo?». Una muchedumbre numerosa le escuchaba a gusto. (Mc 12, 35-37)


Uno de los personajes más importantes en la Historia de la Salvación es el rey David, reconocido como antecesor de Jesús incluso por los intelectuales de la época, los escribas. Jesús, partiendo de tal suposición, intenta hacer entender a quién está dispuesto honestamente a escucharlo, que Él en verdad no es solo el hijo de David, sino que es el suyo y, a la vez, su Señor ya que es de naturaleza divina. La muchedumbre escuchaba con placer a Jesús. ¿Y nosotros? ¿Escuchamos fiel y amorosamente su Palabra y la ponemos en práctica también en las pequeñas cosas de cada día?