Viernes Santo por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Corderos en medio de los lobos

Después de esto, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él. (Lc 10,1)

Después de esto, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa. Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y decidles: “El reino de Dios ha llegado a vosotros”. (Lc 10,1-9)


Los setenta y dos son mandados por Jesús como corderos en medio de lobos, dado que siempre habrá quien no acepte la Salvación de Jesús. Los preceptos de no llevar bolsa, ni alforja, ni sandalias y de no saludar a nadie por el camino tienen que ser entendidos, como afirma san Agustín, en sentido espiritual: la función de la bolsa es la de tener encerrada la riqueza, y Jesús, ordenando no llevarla, lo que ordena es distribuir la riqueza del Espíritu Santo a quien quiera acogerla; las sandalias, al fabricarse en esa época con pieles de animales representan las obras muertas que un discípulo de Cristo debe abandonar con la conversión y la pertenencia a la Iglesia, el terreno santo anticipado en el episodio de la vocación de Moises frente a la zarza ardiente. Con el saludo por el camino se desea una salvación ocasional, mientras que los verdaderos discípulos tienen que anunciar la Salvación perenne en Cristo. El Evangelio es una invitación a comportarnos como verdaderos discípulos de Cristo en los lugares y con las personas que Él nos ha puesto cerca.