Santa Inés de Montepulciano por Ermes Dovico
FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Ahogarse en la inquietud

Al sentir la fuerza del viento, le entró miedo. (Mt 14,30)

Enseguida Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Y después de despedir a la gente subió al monte a solas para orar. Llegada la noche estaba allí solo. Mientras tanto la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. A la cuarta vela de la noche se les acercó Jesús andando sobre el mar. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, diciendo que era un fantasma. Jesús les dijo enseguida: «¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!». Pedro le contestó: «Señor, si eres tú, mándame ir a ti sobre el agua». Él le dijo: «Ven». Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: «Señor, sálvame». Enseguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: «¡Hombre de poca fe! ¿Por qué has dudado?». En cuanto subieron a la barca amainó el viento. Los de la barca se postraron ante él diciendo: «Realmente eres Hijo de Dios». Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret. Y los hombres de aquel lugar apenas lo reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y le trajeron a todos los enfermos. Le pedían tocar siquiera la orla de su manto. Y cuantos la tocaban quedaban curados. (Mt 14,22-36)


Como san Pedro, que se asusta por la violencia del viento y empieza a hundirse en el agua, cada uno de nosotros se ahoga en las dificultades del presente y en los miedos e incertidumbres del futuro. Cuando apartamos la mirada de Jesús, miramos hacia abajo, buscando angustiados las aparentes seguridades materiales. Si hacemos eso, alejamos el corazón del respeto hacia la voluntad divina, y corremos el riesgo de ahogarnos en un mar de inquietud. ¿Quieres confiar tu vida completamente en el Señor, dado que es la única certeza que no hace vacilar nunca a quien se le acerca?